Vigorexia
La dismorfia muscular o vigorexia es un trastorno alimentario caracterizado por la presencia de una preocupación obsesiva por el físico y una distorsión del esquema corporal (dismorfofobia). A veces referido como anorexia nerviosa inversa o complejo de Adonis, la dismorfia muscular es un tipo muy específico de trastorno dismórfico corporal. Esta enfermedad es más común en los hombres.
La vigorexia no está reconocida como enfermedad por la comunidad médica internacional, pero se trata de un trastorno o desorden emocional donde las características físicas se perciben de manera distorsionada, al igual que lo que sucede cuando se padece anorexia; pero a la inversa.
Una persona que siempre se encuentra con carencia de tonicidad y musculatura, puede sentir una necesidad obsesiva de realizar ejercicio físico para mejorar su aspecto corporal, haciéndolo de forma compulsiva, y con ello padecer vigorexia. Con esta, los cuerpos suelen desproporcionarse, adquiriendo una musculatura no acorde con la talla de la persona.
No se dispone de datos
fiables sobre su prevalecía ya que se considera que está infladiagnosticada e
infravalorada. Se considera que un 10%
de los hombres que acuden al gimnasio pueden presentar este síndrome. En
España los datos señalan que uno 20.000 pacientes se encuentran afectados. No
todos los culturistas lo padecen ni es exclusivo de los hombres aunque su
predisposición es mayor.
La edad más frecuente de aparición es entre 18-35 años.
La edad más frecuente de aparición es entre 18-35 años.
Se considera patológico
cuando la preocupación por el cuerpo y la musculatura absorbe varias horas al
día y las repercusiones en la salud son relevantes. La consecución de un cuerpo deseado se convierte en una meta
imprescindible para ser feliz.
Se puede detectar por signos médicos como: acné importante, testes pequeños o infertilidad que la causan el abuso de esteroides anabolizantes androgénicos que suelen consumir y cuyo uso se ha extendido.
Se puede detectar por signos médicos como: acné importante, testes pequeños o infertilidad que la causan el abuso de esteroides anabolizantes androgénicos que suelen consumir y cuyo uso se ha extendido.
Trabajan su cuerpo de forma
compulsiva; actitudes anómalas hacia la comida, seleccionan los alimentos y
tienen conocimientos detallados sobre las dietas rechazando las grasas;
obsesión por verse musculosos que les hace mirarse continuamente en el espejo y
pesarse varias veces al día; retraimiento social; camuflan su físico con ropas
superpuestas o que abulten para parecer más voluminosos; levantamiento de pesas
y ejercicio físico más de 6 horas al día cuya meta es aumentar la masa
muscular. Narcisismo. A nivel psicológico muestran alteraciones en el carácter,
irritabilidad y perfil agresivo.
- El consumo de anabolizantes provoca: Repercusiones cardiovasculares, lesiones hepáticas por exceso de proteínas, aumento del colesterol, retención de líquidos y repercusiones renales.
- En los hombres se produce: Disfunción eréctil, atrofia testicular, baja formación de esperma y mayor proporción de cáncer de próstata.
- En la mujer se produce: Ginecomastia, vello facial y voz ronca.
- Problemas físicos y estéticos: Desproporción entre cabeza y cuerpo; problemas óseos y articulares; sobrecarga del músculo, lo cual influye negativamente en los tendones y huesos con mayor número de desgarros, esguinces y falta de agilidad.
- Dieta: Se eliminan grasas y se consumen proteínas en exceso lo cual requiere un trabajo extra del hígado. Se deben realizar análisis para controlar posibles alteraciones hormonales y en las enzimas.
Los anabólicos esteroides, más precisamente anabólicos androgénicos
esteroides, pertenecen al grupo de drogas ergogénicas, también llamadas drogas
de performance. Son sustancias sintéticas derivadas de la testosterona, una
hormona natural masculina.
Un hombre sano produce entre
2 y 10 miligramos de testosterona al día (las mujeres también la producen, pero
en cantidades residuales). Las hormonas anabólicas ayudan al cuerpo a absorber
las proteínas, propician el desarrollo muscular, óseo y de la piel.
Las características
androgénicas de la testosterona se relacionan con la masculinidad: durante la
pubertad permite el desarrollo sexual masculino, el crecimiento capilar en el
cuerpo y el agravamiento de la voz.
El uso no terapéutico de
anabólicos androgénicos esteroides en adolescentes y jóvenes adultos aumentó significativamente durante las dos
últimas décadas. Los más recientes estudios hechos por The National
Institute on Drug Abuse y el National Clearinghouse on Alcohol and Drug
Information de los Estados Unidos prueban que el uso indiscriminado y sin control de esteroides produce severos
problemas a la salud física y psíquica.
Se han encontrado abundantes
evidencias sobre los perjuicios que el uso de anabólicos esteroides causa al
cuerpo y la mente de sus consumidores. Su uso prolongado afecta la capacidad de
procesamiento de información del cerebro, pudiendo derivar en enfermedades
mentales irreversibles. Además, se detectan síntomas similares a las adicciones
a otras drogas: deseo incontenible de consumir nuevamente, imposibilidad de
reducir las dosis y síndrome de abstinencia. Se ha probado la dependencia
psicológica, estudiándose la dependencia física. Como dato significativo, se
han observado ampliamente estos efectos perjudiciales no solo entre quienes se
sometieron a megadosis, sino también entre quienes lo hicieron con dosis
moderadas. Quienes consumen grandes dosis, típicamente sufren cambios en la
experiencia y características sexuales. Los efectos perjudiciales se pueden
dividir en:
- En hombres: aunque son derivados de una hormona sexual masculina, la droga puede afectar el funcionamiento del sistema reproductor. Entre sus efectos se encuentran: atrofia de testículos e hipertrofia prostática (ambos implican graves riesgos de cáncer); reducción de la producción de esperma; impotencia; calvicie; dificultad o dolor en la micción; desarrollo de pechos. Además, puede afectar al autocontrol de la agresividad y el manejo sexual.
- En mujeres: las mujeres pueden experimentar, entre otros problemas, la “masculinización”: hipertrofia de clítoris; desarrollo anormal de vello facial y corporal; agravamiento de la voz.
- En ambos sexos: ictericia; acné; temblores; dificultades respiratorias; dolor, hinchazón y edema (acumulación de líquidos) en articulaciones; aumento de presión arterial; aumento de posibilidades de lesiones en músculos, tendones y ligamentos; gran incremento del riesgo de contraer cáncer en diversas formas.
Estos efectos
son especialmente peligrosos en preadolescentes y adolescentes, ya que su
utilización aún en dosis mínimas puede afectar irreversiblemente el
crecimiento. Por ello, su prescripción médica es sumamente rara, reduciéndose a
casos de enfermedades graves.
Muy buena información e imagenes perfectas
ResponderEliminarSi, gracias Lomelí
EliminarMuy buena información e imagenes perfectas
ResponderEliminarSiiii, como no, hehe, gracias
ResponderEliminarExelente trabajo, solo que siento que le hage falta algo, pero no se que :D
ResponderEliminarCuando sepas que es lo que sientes que le falta, me lo haces saber si?
Eliminarexcelente trabajo tienes muy buenas imágenes y el vídeo lo entendí perfectamente ahora ya se que son los asteroides y como funcionan.
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